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Decálogo de buenas prácticas para la difusión del patrimonio islámico

Publicado originalmente FUNCI el 6 de septiembre de 2022

El pasado mayo de 2022, la Fundación de Cultura Islámica organizó el taller “Patrimonio islámico: buenas prácticas para su difusión”. El curso, que contaba con la participación de distintos especialistas en la gestión del Patrimonio, como Rafael Martínez (periodista e intérprete del patrimonio), Felipe Vidales (historiador y guía oficial en Toledo) o Irene Suárez (gestora cultural y coordinadora de divulgación de FUNCI), tenía por objetivo ofrecer herramientas para la interpretación y gestión del patrimonio islámico desde una perspectiva social.

Como parte del curso, FUNCI se propuso la elaboración de un Decálogo de buenas prácticas para la difusión del patrimonio islámico. Una recopilación de recomendaciones y consejos que recogiese las conclusiones del Taller, teniendo en cuenta las distintas preocupaciones de los participantes (la mayoría de ellos profesionales en el ámbito de la gestión y divulgación de patrimonio) y los ámbitos en lo que han encontrado mayores dificultades. El objetivo de este decálogo es promover un ejercicio de gestión, recuperación e interpretación patrimonial que genere narrativas incluyentes, que encapsulen sin prejuicios ni preconceptos el carácter intercultural e interreligioso que ha caracterizado la historia de España.

¿Por qué es importante una dimensión social del patrimonio?

El patrimonio es una fuente de memoria, entendimiento, identidad, cohesión y creatividad[1]. Su existencia, presente y pasada, comprende los principios e ideales compartidos por una sociedad, reflejando el desarrollo y los conflictos sobre los que se ha erigido la misma, y los distintos elementos, influencias y conjunto de valores que le son comunes. Esto es sumamente importante, ya que refleja la complejidad de la identidad de una sociedad, que se construye sobre múltiples influencias y entreteje las distintas civilizaciones y pueblos sobre cuyo legado se ha desarrollado.

Desde esta perspectiva, la recuperación del patrimonio contribuye a reforzar la identidad colectiva y a fomentar la cohesión social. Apoyándonos en la definición anterior, recuperar el patrimonio implica aceptar las distintas civilizaciones e historias sobre las que se ha construido una sociedad, reconociendo sus distintos rasgos culturales y las expresiones de organización política y social que finalmente han resultado en (y han contribuido a formar) las sociedades actuales.

Placas de la Plaza de Puerta de Moros

Esto es especialmente relevante en el caso de España, donde encontramos un proceso de construcción de la identidad nacional complejo, que hunde sus raíces en el periodo de la denominada “Reconquista”, que culminó a finales del s. XV con la victoria sobre el último reino islámico de la península. La adopción de este momento histórico como referente identitario ha tenido importantes consecuencias sobre la concepción de nuestra identidad nacional, cargada de una fuerte impronta católica, y, sobre todo, formulada a través de un proceso de construcción identitario antagónico al islam. Éste es comprendido como un elemento (cultural y religioso) ajeno y opuesto, y abordado desde una perspectiva conflictual. Este proceso adquiere especial relevancia cuando hablamos de patrimonio, puesto que su interpretación se ha traducido en una proyección hacia el pasado excluyente, que suprime la “historia mestiza” de la península ibérica e ignora o limita el impacto que la civilización islámica tuvo sobre ésta a partir del s. VIII[2].

Este proceso de construcción identitaria no solo afecta a nuestra comprensión y aceptación de la Historia, sino también a la interpretación y valorización de nuestro patrimonio. La proyección de valores (y relaciones de poder) sobre una sociedad se produce a través de distintos elementos claves, materiales e inmateriales, que contribuyen a construir el imaginario colectivo. En este proceso, los poderes públicos construyen su relato a través de distintos monumentos y legados emblemáticos[3], que contribuyen a transmitir el sistema de valores con los que quieren ser identificados, otorgando en el proceso una especial relevancia a determinados elementos patrimoniales, y excluyendo activamente aquellos que no encajan con el discurso histórico e identitario construido. En España, esto es especialmente notable en el caso de Madrid, cuyo origen islámico y los restos patrimoniales que lo atestiguan no solo han sido eliminado con el paso de los siglos, sino que son activamente ocultados debido al difícil encaje que tienen con el relato nacional oficial.

Mezquita de Tornerías, Toledo.

De este modo, la adopción de una narrativa de influencia fuertemente católica y nacionalista ha generado, históricamente, un discurso excluyente que encuentra en el islam su principal elemento antagónico, contribuyendo a la exclusión de los musulmanes de la actual concepción nacional. La utilización del patrimonio contribuye a reforzar esta narrativa de exclusión. Este discurso y uso del patrimonio alimenta la islamofobia que desde la Fundación de Cultura Islámica tratamos de desmontar.

Es aquí donde la aproximación social a la gestión y recuperación del patrimonio cobra especial importancia. La recuperación y difusión del patrimonio islámico contribuye a cuestionar los relatos reduccionistas que excluyen el periodo de al-Ándalus de la historia oficial e identidad nacional. Desde FUNCI consideramos que su recuperación y correcto tratamiento, mediante un análisis objetivo y descargado de prejuicios o preconcepciones, contribuye a fomentar la cohesión social, mediante la aceptación de un pasado histórico complejo y sujeto a muy variadas influencias, que reconoce esa identidad mestiza, interreligiosa e intercultural, de la que el islam es una parte fundamental.

¿Cómo se transmite esa finalidad social?

La dificultad, pues, estriba en cómo adoptar esa finalidad social, que debe ser intrínseca a nuestra labor de recuperación, gestión e interpretación del patrimonio. Esta tarea implicar romper con muchas de las preconcepciones históricas aceptadas, a riesgo de herir sensibilidades y en constante desafío del conocimiento de los intérpretes de patrimonio.

Responder a la pregunta que introduce esta sección es, precisamente, el objetivo del Taller impartido por FUNCI. A partir de las experiencias de Toledo y Madrid, y del trabajo realizado a través del Centro de Estudios sobre el Madrid Islámico (CEMI) y del Centro de Estudios sobre el Toledo Islámico (CETI), los ponentes exploraron las dificultades de trabajar con el patrimonio islámico, las múltiples formas en que este refleja la identidad y realidad social del momento, y los objetivos y herramientas que pueden emplearse para contribuir al desarrollo de un relato histórico inclusivo que fomente la cohesión social.

Los principales resultados del Taller han sido encapsulados en el siguiente Decálogo de buenas prácticas para la difusión del patrimonio islámico, que esperamos que sirva de instrumento y ayuda para todos los guías y expertos en patrimonio que trabajen sobre el legado islámico del país.

Estas buenas prácticas comprenden:

  1. Cuidar el lenguaje
  2. Evitar la orientalización y extranjerización de lo relacionado con al-Ándalus
  3. Iniciar las interpretaciones con definiciones de conceptos básicos
  4. Hablar explícitamente de fuentes
  5. Generar narrativas incluyentes
  6. Deconstruir los mitos y leyendas
  7. Generar emociones y búsqueda del patrimonio visual que sustente el relato
  8. Adaptar el discurso del profesional al tipo de público
  9. Contextualizar
  10. Invitar al debate

Puede consultarse el Decálogo de buenas prácticas para la difusión del patrimonio islámico en el siguiente enlace: Decálogo de buenas prácticas para la difusión del patrimonio islámico

Referencias

[1] Convenio marco del Consejo de Europa sobre el valor del patrimonio cultural para la sociedad, 27 de octubre de 2005.

[2] Molinos Gordo, Asunción y Pacheco González, Andrea (2022). “Movilizar la historia como pedagogía de la alteridad. Entrevista a Daniel Gil-Benumeya”, Sombras ocultas en el tiempo. Madrid: Felipa Manuela Ediciones

[3] Castro Fernández, Belén; López Facal, Ramón. «De patrimonio nacional a patrimonio emocional». Her&Mus. Heritage & Museography, 2017, Vol. 18, pp. 41-53, https://raco.cat/index.php/Hermus/article/view/338101.

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