Y eso es lo que pasó en Lleida y en Tortosa, hasta entonces Ilerda y Dertosa, y a partir del hecho, Lérida y Turtusha. Cuando Al-Hurr tomó Zaragoza, los valles bajos del Ebro y del Segre ya estaban relativamente islamizados. Y el papel de los Cassius (la gran familia oligárquica de la región) resultó decisivo: no tan sólo abrazaron entusiásticamente el islam, sino que empujaron al resto de oligarquías del territorio a hacer lo mismo. Los Cassius se convirtieron en Banu Qasi, los Llop pasaron a ser Ibn Llop y los Fortuny se rebautizaron Ibn Fortun. Un detalle que revela que aquellas oligarquías eran tan asquerosamente ricas que, difícilmente, se podían plantear otra cosa.