Artículo publicado originalmente por Youssef Ouled en eldiario.es el 5 de noviembre de 2020
Hind es marroquí y tiene 16 años, de los cuales lleva 15 en España. Le gusta dibujar, leer y aspira a ser pintora o modelista, «aunque abriendo los ojos y viendo las injusticias que hay», le entran ganas de ser «alguien con voz», señala, para así poder cambiar algo en este mundo. Quiere estudiar Derecho, pero antes quiere cursar bachillerato de ciencias sociales. Para ello eligió el I.E.S Alberto Pico, ubicado en Santander (Cantabria), con una modalidad bilingüe que solo se aplica en ese instituto, pero sus aspiraciones se ven truncadas cuando, una vez matriculada, acudió al centro. «No me aceptan con hiyab, solo me dejan entrar sin él, pero mis convicciones religiosas van conmigo, porque si no las aceptan tampoco me aceptan a mí», añade.
En la misma situación se encuentran Nadia e Imane, esta última utiliza un nombre ficticio para proteger su identidad. Ambas viven en Madrid. Nadia eligió el I.E.S. Barajas, ubicado en la capital, mientras que Imane, el I.E.S. Prado de Santo Domingo, en Alcorcón. Ambas fueron recibidas de la misma manera: «No puedes asistir con hiyab».
Nadia relata que al acudir al IES Barajas le dijeron que debía esperar en secretaría. Acto seguido una funcionaria le comunicó que no podía asistir a las clases con hiyab y Nadia le solicitó hablar con la persona responsable de esa decisión. Se presentó el secretario del instituto para comunicarle que, en efecto, se le aplicaría tal prohibición. Nadia grabó la conversación «sin pensar», comenta, «me consolaba saber que lo estaba haciendo». Hind, por la gravedad del suceso y la impotencia que sintió, hizo lo mismo: «hay muchas chicas que, seguramente, estén pasando por lo mismo y puede que no estén lo suficientemente enteradas de hasta qué punto es legal, y tienen que saber que tenemos voz, que, si no nos dan nuestros derechos, gritaremos por ellos hasta conseguirlos».
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