Portada / Material Observatorio / Análisis / Análisis temáticos / Análisis de “Emmanuel Macron anuncia una ley para endurecer las penas por violencia sexual”

Análisis de “Emmanuel Macron anuncia una ley para endurecer las penas por violencia sexual”

ARTÍCULO:

“Emmanuel Macron anuncia una ley para endurecer las penas por violencia sexual”

Enric González, El Mundo, 25 de noviembre de 2017.

 

ANÁLISIS:

1. Este artículo es un ejemplo de islamofobia gratuita. De los siete párrafos del artículo que versan sobre el programa del presidente francés para la prevención y mejora de los mecanismos contra el maltrato, la violencia de género y el acoso sexual, el autor decide dedicar el último de ellos a “los barrios de mayoría musulmana”.

2. Este último párrafo dice: «Un aspecto del problema sobre el que Macron pasó de puntillas, aunque prometiera «multas disuasorias», fue el delito de sexismo por acoso en la calle. No se refería tanto a las frases obscenas o los piropos patosos como al acoso que se registra de forma cotidiana en los barrios de mayoría musulmana, sobre las mujeres que visten de forma provocativa a juicio de los acosadores». Pero el autor del artículo no aporta ninguna fuente que corrobore esta afirmación, que más bien parece una opinión personal suya sobre un tema tan delicado como el de la violencia machista. También resulta curioso como quita hierro al asunto de las “frases obscenas” o “piropos patosos” como si no fueran también una forma de acoso y de violencia verbal.

3. En el mismo párrafo sigue relacionando a los musulmanes con el acoso sexual callejero y parece lamentarse de que se confunda con islamófobos a quienes denuncian esos condenables comportamientos que se producen en la zona parisina de La Chapelle. Cabe destacar que resalta en negrita la palabra islamofobia: “Hablar directamente del asunto suscita acusaciones de islamofobia. Pero el problema es real. En determinadas zonas de París, como los alrededores del metro La Chapelle, las mujeres han denunciado una y otra vez que son insultadas, o incluso amenazadas, si llevan pantalones, faldas cortas o escotes.”

Instrumentalizar el barrio de La Chapelle y sus problemas para relacionarlos con el islam parece ser una idea recurrente del señor González pues ya lo intentó el 30 de julio en el mismo medio. Ver: Análisis de “Un bulevar ‘no apto para mujeres’ en París”.

4. Veamos qué es lo que ocurre realmente en La Chapelle según las entidades que trabajan en la zona (SOS La Chapelle et Demain La Chapelle):

Transcripción y traducción de parte de la entrevista:

 

– ¿Quiénes son las víctimas del acoso en las calles del barrio?

– Mujeres de todas las edades de cualquier origen. Somos nosotras las víctimas de este acoso cotidiano. Algunas son mujeres más mayores y otras chicas muy jóvenes, que no pueden ya salir. Las madres de familia se plantean si enviar a sus hijas de 12-13 años a por el pan. Es insostenible.

– ¿Cuál es el perfil de los acosadores?

– A menudo son jóvenes de entre 15 y 30 años que acosan en la calle. Lo que pedimos es que nuestro barrio vuelva a ser el barrio popular y diverso que siempre fue. Todo iba bien hasta hace un año y medio o dos. Ahora hemos llegado al punto en el que las mujeres ya no pueden circular libremente por el barrio.

Parece que entre las afectadas, mujeres y menores en general, también hay mujeres y niñas musulmanas, aunque el autor solo se refiera a “las mujeres que visten de forma provocativa a juicio de los acosadores.”

En el caso de demostrarse la ´musulmanidad´ de los “acosadores”, ésta se le estaría atribuyendo nuevamente a los culpables y no a las víctimas, tal y como sucede en muchos artículos relacionados con geopolítica o terrorismo.

En los enlaces aportados en este análisis vemos cómo lo que el autor trata de “delito de sexismo por acoso en la calle” incluye también otros fenómenos como los hurtos, el tráfico y consumo de drogas, etc. Quien firma este artículo no menciona esos otros problemas sociales que bien podrían explicar, dar contexto a lo que sucede en el barrio, pero sí menciona “pantalones, faldas cortas o escotes”.

5. No es justo lanzar una acusación contra toda una confesión religiosa, aún menos cuando se desconocen sus textos sagrados.

Recordemos que “entender el islam y las personas como inferiores, bárbaras, irracionales primitivas o sexistas” es uno de los ocho indicadores de islamofobia establecidos por Runnymede Trust en 1997.

Veamos lo que dice el Corán sobre el acoso:

24:30 Di a los creyentes que bajen la mirada y que guarden su castidad: esto conviene más a la pureza –[y,] ciertamente, Dios está bien informado de lo que hacen.

 

6. En los seis primeros párrafos del artículo el periodista habla de la violencia machista pero no menciona ninguna religión. “En lo que va de año, 123 mujeres han sido asesinadas en Francia por su pareja o su ex pareja.” Si el autor no hace referencia a la religión de los asesinos, ¿Por qué incide en la religión de muchos de los vecinos del barrio parisino en el que actúan los “acosadores” sexuales dando a entender que estos son musulmanes?

7. Por último, hemos intentado verificar si La Chapelle es realmente un “barrio de mayoría musulmana” pero nos ha sido imposible encontrar esa información en una fuente oficial. No sabemos según qué criterios el autor ha decidido que el barrio es de mayoría musulmana, pero sobre la cuestión del “reconocimiento” de los leídos musulmanes, recordamos el artículo de Santiago Alba Rico publicado en nuestra página web, “El peligro islamofóbico y la responsabilidad institucional”, en el que se refiere a las dos operaciones ideológicas que dan lugar a la islamofobia:

«La segunda operación, una vez constituido ese falso objeto de conocimiento, es la de reunir en él, uno por uno, a todos aquellos individuos que, de manera un poco arbitraria, se reconoce como musulmanes. ¿Cómo los reconocemos? Esta segunda operación implica una racialización del otro, cuya diferencia -como en el caso del racismo o del machismo- aparece visible e incrustada en el cuerpo, donde no podemos modificarla. Pensemos en los indicadores de radicalización con los que se instruye a los policías franceses: barba larga sin bigote, cabeza rapada, vestimenta musulmana, piernas cubiertas hasta el tobillo, rechazo del tatuaje y -porque hay una forma musulmana de hacer dieta- pérdida de peso asociada a ayunos frecuentes. Podemos, pues, reconocer de un vistazo a los musulmanes, aunque sólo después de haber establecido lazos arbitrarios entre signos empíricos y ese Islam mayúsculo descrito de forma negativa y amenazadora. El caso de la vestimenta musulmana es ejemplar. Hay muchas musulmanas, por ejemplo, que llevan velo, pero no todas las que llevan velo son musulmanas y hay, además, mil formas distintas de ser una musulmana con velo. La ecuación velo/islam, allí donde el islam ha sido reducido a fanatismo, violencia y terrorismo, agrava la vulnerabilidad de las europeas musulmanas, víctimas de la mayor parte de las agresiones islamofóbicas (90% en Países Bajos, 81% en Francia, 57% en Inglaterra, 21% en España) y víctimas también del propio feminismo laico islamofóbico que las abandona a su suerte».

 

Insistimos por último, en la importancia de enlazar a las fuentes en las que se apoya una información para evitar caer en la estigmatización de todo un colectivo.

 

Te puede interesar también:

ANÁLISIS NEGATIVO: Lo que esconde la presidenta con ‘burka’ de la mesa electoral

En esta crónica encontramos un ejemplo de cómo, a veces, una tentativa de narrativa alternativa …

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *