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COVID-19 y tratamiento informativo de la comunidad musulmana en España

Análisis de Imad Boussif, profesor de la Universidad de Murcia y columnista de  eldiario.es

 

Este análisis hace un recorrido por algunos de los artículos en los que, a lo largo de la crisis sanitaria de la COVID-19, la comunidad musulmana ha sido mencionada de forma directa o indirecta. Siguiendo la actualización de la metodología en el año 2020 y la máxima de este Observatorio, de servir más de herramienta propositiva que de fiscalizadora de errores, se han omitido los periódicos y autores de los artículos referenciados.

 

ANÁLISIS:

 

La pandemia de la Covid-19 ha marcado la actualidad informativa desde hace un año de forma casi exclusiva. La comunidad musulmana se ha visto afectada como el resto de la sociedad. Su aparición en los medios, como veremos en este artículo, ha mantenido los mismos paradigmas que hemos venido recogiendo en los cuatro años de trabajo de este Observatorio, pero acotados a este contexto: estigmatización, intento de enfrentarles con el discurso de la otredad, generalizaciones, vinculación islam con violencia, etc. También se ha recogido en este contexto el aumento de noticias de tono positivo que venimos registrando en la prensa española en los dos últimos años.

 

El principal error que cometen los diarios en general cuando incurren en comportamientos islamófobos en el uso de las imágenes, es el empleo de fotos de musulmanes corrientes para ilustrar noticias negativas. Con la pandemia ha sucedido lo mismo, y como ejemplo un artículo sobre la posibilidad de que Ceuta volviese a la fase cero en una de las fases de la pandemia por el elevado aumento de los contagios. Este artículo se ilustró con una imagen de personas musulmanas lo que se deduce de la propia foto y corrobora el pie de imagen: “Musulmanes, 40 % de la población de Ceuta y Melilla, celebran el final del Ramadán”. Si bien es cierto que la población musulmana, o leída musulmana, representa un alto porcentaje de la población ceutí (un 43% según datos de UCIDE), consideramos que, dado que el titular y el artículo habla de la ciudad en general, sería más apropiado optar por una imagen no vinculada a ninguna comunidad concreta de la ciudad autónoma.

 

El tema de la gestión de las  festividades religiosas durante la pandemia ha sido el centro de muchas noticias en las cuales se ha dejado entrever que las administraciones han podido incurrir en un posible  trato de favor con los musulmanes. En algunos artículos se han aprovechado concesiones hechas a pequeñas comunidades musulmanas para poder desplazarse a comprar carne halal a otros municipios como un agravio comparativo: “Prohibidos los oficios de Semana Santa pero se autorizan desplazamientos para preparar el Ramadán”, usándose además  la dialéctica “Ellos” (grupo homogéneo, primitivo, radical) frente a  “Nosotros” (pacíficos, educados, civilizados), fomentando así la indignación del lector por la  supuesta “discriminación” que sufre su comunidad que es, además, la mayoritaria, la “legítima”, generando odio hacia la comunidad musulmana que celebra el final de ramadán y “Sin embargo, los cristianos no están pudiendo celebrar sus oficios de Semana Santa” y se han quedado “Sin misas”. Lo que no menciona el artículo es que tampoco se permitían los rezos en las mezquitas y que la festividad del final de ramadán, que es familiar, se celebró en el marco de las reglas del confinamiento mientras se da a entender que es una festividad similar a las multitudinarias procesiones y misas de Semana Santa.

 

También se han registrado muchos errores de terminología como en esta frase que además aparece resaltada en negrita: “podrán celebrar su fiesta anual del Ramadán” pese a que el ramadán no es una fiesta y tampoco implica desplazamientos excepcionales. Otro error está en la explicación o el uso del término halal: “Una de las comidas obligatorias que debe consumir un musulmán es la carne halal”. La carne halal no es de consumo obligatorio pero si un musulmán come carne, esta debería ser halal. Nada impide en el islam a un musulmán prescindir completamente de la carne y ser por ejemplo vegetariano. Por otra parte, el término halal aparece en cursiva, cuando ya está reconocido por la RAE lo que hace innecesario su uso. En cuanto a la escritura del término “ramadán” proponemos seguir las indicaciones de FUNDEU y escribirlo en minúscula cuando se trate de mes y en mayúscula cuando se hable del periodo religioso.

 

Otro error común es la confusión entre la fiesta de final de Ramadán o Aíd el Fitr y el Aíd al Adha, más conocida entre el público hispanohablante como Fiesta del Cordero. En este sentido se han ilustrado noticias sobre esta polémica del final del Ramadán con imágenes del sacrificio de corderos.

 

Otro de los errores clásicos del periodismo cuando escribe sobre el islam es la generalización de la violencia y el comportamiento radical como marca de toda la comunidad musulmana. En tiempos de pandemia no ha sido diferente y se han escrito titulares como “Radicales islamistas amenazan al consejero de Sanidad de Ceuta por no permitir sacrificios por el Covid-19”. En el titular de este artículo aparecen términos como “radicales” o “islamistas”, mientras que en el cuerpo de artículo solo se dice que “el consejero ha recibido amenazas por la prohibición de la pascua islámica”. A su vez, este titular establece una relación entre comunidad musulmana y violencia estigmatizando a todo el colectivo, al igual que sucede en este otro titular “El Gobierno dejará a los musulmanes “finalizar el rezo en la vía pública” para “evitar alteraciones del orden”. El titular  de este artículo sugiere que las autoridades, por temor a  supuestas reacciones violentas de la comunidad musulmana,  van a permitir a los fieles de esta religión rezar en la vía pública, vinculando nuevamente personas musulmanas y violencia, y reforzando el “Ellos” frente a nosotros “Nosotros”, “Ellos” sobre los que hay un trato de favor, lo que ponen de manifiesto  frases como: “Todo el rigor observado con los ritos católicos se ha convertido en comprensión y permisividad con los ritos del islam y el Ramadán” lo que supone además un uso sesgado de la información. Más alerta y tensión innecesaria en torno a la comunidad musulmana se desprende de este titular “El fin del Ramadán en plena desescalada pone en guardia a Interior”. Aquí estamos ante otro ejemplo de artículo que sugiere que los musulmanes podrían suponer un riesgo para el orden público, y por consiguiente una amenaza. Este tipo de titulares ayuda a la creación o consolidación de un imaginario negativo sobre la comunidad musulmana.

 

Finalmente, hay que destacar que hubo también ejemplos positivos del tratamiento de las noticias relacionadas con los musulmanes durante la pandemia. En artículos como “La comunidad musulmana, un ejemplo”, “La comunidad islámica de Archena entrega 6.680 euros para la lucha contra el COVID-19” y “La comunidad musulmana, como la china, también ayuda a los españoles en tiempos de coronavirus” son noticias que abogan por visibilizar comportamientos solidarios de  las personas musulmanas, y por dar visibilidad a su comunidad sin estigmatizarla. O simples mensajes de normalidad en el actual contexto de la pandemia: “Gobierno y comunidad musulmana se reúnen para perfilar la Pascua del Sacrificio 2021”.

 

Aprovechamos para defender el uso de terminología propia de la realidad islámica sin necesidad de “cristianizar” los términos como en este caso se hace con un concepto eminentemente cristiano como es la pascua. Esta palabra se puede sustituir por Fiesta o Aíd del Sacrificio o Al Adha ya que la pascua tiene más que ver según la RAE con “cada una de las solemnidades del nacimiento de Cristo, del reconocimiento y adoración de los Reyes Magos y de la venida del Espíritu Santo sobre el colegio apostólico”.

 

La normalización de la comunidad musulmana como un elemento más de la sociedad española que interactúa con sus particularidades, alejadas de conceptos como el fanatismo, la violencia o el extremismo es una de las reivindicaciones de los musulmanes en España que ven como la mayoría de las noticias (75% según las estadísticas del Observatorio) que se publican sobre ellos son negativas. Por supuesto no estamos defendiendo que no se cubran acontecimientos negativos donde individuos musulmanes estén involucrados, pero sí que se haga sin islamofobia y acompañada de una cobertura de otros temas más inclusivos y ajustados a la pluralidad de esta comunidad.

 

Imagen de portada: Commons Wikimedia

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