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El islam y su percepción en las caricaturas

Artículo publicado originalmente por Salud Adelaida Flores Borjabad; Pilar Garrido Clemente en Anaquel Árabe, vol.33 año 2022

Las caricaturas árabes surgieron en el siglo XIX en el movimiento conocido como Nahḍa (el despertar), pero no fue hasta la década de los noventa, con la Guerra del Golfo, cuando se consolidaron cobrando un papel preponderante en la transmisión de información y opiniones. Esta evolución cristalizó con las Revoluciones Árabes de 2011, que las convirtieron en un arte de resistencia gracias al uso de Internet y las nuevas redes sociales, como Facebook y Twitter. Desde una perspectiva religiosa, los caricaturistas árabes han criticado aspectos importantes del islam. Estos dibujos representan la crítica social y política, pero la religión se ha analizado también como un aspecto crucial de la sociedad. En este contexto, los objetivos de esta investigación son: (1) dar una breve descripción del desarrollo de las caricaturas árabes; (2) analizar cómo el uso de estos dibujos se ha convertido en una forma de comunicación en el mundo árabe; y (3) observar el impacto de las caricaturas en las sociedades árabes en relación a cualquier problema social, incluido la religión. En consecuencia, se ha desarrollado una metodología cualitativa a la vez que se ha llevado a cabo un método histórico y contextual para establecer un proceso de análisis y síntesis. Además, se ha empleado un método visual etnográfico para observar y analizar la muestra de caricaturas seleccionadas articulando un leit motiv del humor que se centra en la sociedad y la religión.

En definitiva, los resultados esperados en este trabajo son mostrar que la caricatura árabe es capaz de

analizar cualquier problema social. De este modo, la religión no debe ser un impedimento, ya que no existe ninguna prohibición en el Corán que induzca a pensar que el desarrollo de la caricatura debe estar prohibido. Por este motivo, la religión es considerada un aspecto social más que va a ser cuestionado y analizado, en tanto que implica un comportamiento social que influye en muchos aspectos de la vida de las personas.

(…)

Los caricaturistas recurren a metáforas visuales que todos entienden fácilmente y les permite hablar sobre asuntos que nadie se atre- ve a decir en público por las consecuencias negativas. Como se ha podido ver a lo largo de este trabajo, muchas de ellas utilizan texto para enfatizar el significado, mientras que otras prescinden de él para dejar la puerta abierta a la interpretación, por lo que el uso del texto se convierte en un elemento más que enfatiza la crítica. Por ello, se les considera activistas de la información que influyen en la sociedad. En este sentido, el uso de la caricatura para criticar y analizar la religión va a estar marcado por el hecho de resaltar aquellos aspectos con los que no están de acuerdo. La religión puede ser considerada una práctica social, por lo que también está sujeta a crítica como propia práctica social que es.

Además, el ciberespacio ha sido un formato importante para transmitir estos aspec- tos rompiendo las fronteras del lenguaje. Los caricaturistas notaron la fuerte influencia que tenían en la opinión pública y la utilizaron para crear un arte de resistencia que apareció en los periódicos y de manera más independiente en el ciberespacio. Las redes sociales como Facebook o Twitter se han convertido en una forma maravillosa de compartir dibujos y evitar la censura ya que el uso de Internet ofrece el potencial de dar a conocer en todo el mundo lo que realmente está sucediendo. Se puede ver que la muestra analizada en este trabajo ha sido íntegramente recabada de internet y las redes sociales. Por tanto, podemos hablar de que existe un espacio virtual formado en torno al desarrollo de la sociedad en red que ha permitido que estas críticas cobren importan- cia y se solidifiquen como un aspecto social más sujeto a crítica. Por esta razón, no se puede decir que el islam prohíba la libertad de expresión, puesto que acepta la crítica y el análisis, tal como se ha podido ver a lo largo de este trabajo.

En este contexto, las caricaturas occidentales que critican a la religión islámica insultan al islam y a las sociedades árabes sin tener en cuenta que el hecho de ser árabe no implica ser musulmán. Han desarrollado una opinión errónea basada en prejuicios utilizando dibujos como referencia. Como resultado, las caricaturas son una forma de acabar con la verdad. El humor árabe es una forma diferente de comu- nicación, así como un arte de resistencia; de ahí que esta resistencia creativa incite a las personas a participar en el proceso de forma creativa ya que el sentido del humor es capaz de subvertir la represión de los críticos de los medios occidentales como Charlie Hebdo o Jyllands-Posten. Teniendo en cuenta estos argumentos, el Corán no justifica prohibiciones infundadas de los musulmanes. No hay razones para prohibir la libertad de expresión, a pesar de que los medios occidentales enfatizan los mensa- jes de odio entre quienes están fuera de estos temas de una manera experiencial personal o grupal.

Podríamos incluso siendo osados y respetuosos conjuntamente concluir el artícu- lo con una aleya coránica precisamente de la renombrada azora 49 sobre el respeto a Mahoma acudiendo al estudio radical de las fuentes y a las apreciaciones dentro del combinado de libertad de expresión y respeto cosidos con hilos universales, descon- dicionados de prejuicios, supremacías y generalizaciones.

Pueden acceder al artículo completo en este enlace.

 

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