Observatorio Islamofobia Por un periodismo inclusivo frente a la islamofobia
29, 30 y 31 de marzo en Palma de Mallorca.
El mediterráneo ha sido en el pasado un espacio fundamental de confluencia entre culturas y religiones. Su historia y cultura están caracterizadas por personalidades pioneras en el diálogo interreligioso como pueden ser Ramón Llull y Raimon Panikkar, por no hablar del ejemplo extraordinario de sociedad multireligiosa que fue al-Ándalus, desde donde surgieron figuras fundamentales para todo tiempo y cultura, como Moisés ben Maimón (Maimónides), Ibn Rush (Averroes) o Ibn Arabí. La pluralidad y la diversidad religiosa es sin duda alguna una de las características más destacadas del mediterráneo actual. Todo ello hace que el legado espiritual y la realidad actual del mediterráneo llamen con insistencia hacia un destino de encuentro y creación interreligiosa. El Parlamento Catalán de las Religiones 2019 aspira a situarse en el cruce actual entre esta historia y este destino.
Para poder responder eficaz y responsablemente a esta llamada, es fundamental considerar las peculiaridades de nuestro tiempo: la situación multireligiosa del mediterráneo actual (enclave de todas las religiones mundiales y no solamente del monoteísmo), y la emergencia ética (social, humanitaria, ecológica…) que se da en su espacio como en el interior mismo de las sociedades mediterráneas. Creer en la importancia del papel que pueden desempeñar las religiones y el diálogo interreligioso para hacer frente a esta emergencia significa reconocer en la inquietud espiritual, una característica humana innata que define al ser humano como tal y considerar las creencias y los valores morales como la base sobre la cual éste se apoya para crecer y desarrollarse. Por ello es necesario promover una dinámica de concienciación que muestre que las religiones, las filosofías y otras creencias son una necesidad vital, un pilar esencial y el punto de partida para el advenimiento de una sociedad equilibrada, armónica y madura y no una fuente de dogmatismo ni un elemento de diferenciación excluyente entre nosotros. El papel específico del diálogo interreligioso es invitar a una unidad en la pluralidad que se comprometa por una sociedad mejor, una sociedad de paz y concordia, una sociedad más justa, más ética, más sabia y más respetuosa de la vida y del mundo que nos es común.
Inscripciones y más información en VII Parlament català de les religions.
