Observatorio Islamofobia Por un periodismo inclusivo frente a la islamofobia
Publicado originalmente por Anu Shukla en The Independent, el 30 de marzo de 2019.
Una periodista decidida a arrojar luz sobre una operación del FBI que espiaba a familias musulmanas estadounidenses está usando inteligencia artificial para llenar los espacios en blanco de un tesoro, en gran parte redactadpo, de 33.000 documentos que ella forzó al FBI a publicar.
La cineasta argelina-estadounidense Assia Boundaoui había estado investigando la vigilancia encubierta del FBI de su comunidad árabe de Illinois durante dos décadas previas al 11 de septiembre.
En 2017, la joven de 33 años ganó una demanda para forzar la publicación de 33.120 páginas de información recopilada sobre comunidades musulmanas, incluyendo la suya, por todo Estados Unidos en una operación llamada Vulgar Betrayal.
Como resultado, el FBI se vio obligado a enviar a Boundaoui registros en paquetes de 3.000 páginas cada mes.
“Recibí el último lote hace un par de meses”, dijo a The Independent. “El montón completo está redactado en más de un 70%, lo cual es extraordinariamente frustrante después de que fuéramos a la guerra para conseguir transparencia y ganáramos, y después de que el gobierno fuese obligado a ser transparente”.
Boundaoui dijo que la información que contenían los documentos, que no condujo a ninguna condena por terrorismo de miembros de la comunidad musulmana en Illinois, aparentemente fue eliminada en parte por “fines de seguridad nacional”.
Decidida a llegar al fondo del contenido de los documentos, se le ocurrió la idea de usar inteligencia artificial para examinar publicaciones anteriores del FBI y calcular la información que había sido eliminada.
El programa de inteligencia artificial llamado Vigilancia Inversa está siendo desarrollado como parte de la beca de la Boundaoui en el Co-Creation Studio en el MIT Open Documentary Lab. Analizará cientos de miles de documentos recopilados por el FBI sobre personas de color en los últimos 100 años y revelará patrones históricos sobre tácticas que utilizó durante operaciones como COINTELPRO, que fue lanzada para llevar a cabo una vigilancia del Civil Rights Movement y Black Power Movement, dirigidos por Martin Luther King y Malcolm X respectivamente. También se basará en la vigilancia histórica de las comunidades árabes, latinas, asiáticas e indígenas en los Estados Unidos.
“La idea es entender los patrones que usa el FBI, tácticas que han usado con comunidades de color, cómo llevan a cabo estas operaciones y por qué”, dijo la Boundaoui.
“A nivel general, quiero entender cómo ha operado el FBI durante los últimos 100 años con las comunidades de color y por qué ha optado por otrizar a estas comunidades. Por otro lado quiero respuestas a mis preguntas: ¿por qué el FBI se centró en mi comunidad?”
“No se trata solo de transparencia como valor cívico abstracto, sino que cuando algo te ha herido, la verdad es realmente importante para ti. De hecho, es imperativo para poder curarte entender la verdad y qué pasó para que puedas dejarlo atrás.”
Boundaoui, que habló con The Independent en el Human Rights Watch Film Festival en Londres, donde su documental sobre la operación Vulgar Betrayal, The Feeling of Being Watched, hizo su debut, dijo que una vez desarrollada, la herramienta de inteligencia artificial sería usada para llevar a cabo instalaciones artísticas públicas temporales.
Dijo que hizo una “intervención de arte de la guerrilla” el pasado mes octubre mediante la proyección-mapeo de documentos redactados superpuestos con videos familiares sobre la sede del FBI en el edificio Hoover, con el objetivo de “arrojar luz sobre el secreto que envuelve la vigilancia masiva sistémica de los musulmanes en Estados Unidos”.
“Creemos que los datos gubernamentales ampliamente abiertos y la divulgación proactiva de los registros públicos generarán mayor transparencia y responsabilidad gubernamental”, dijo.
En opinión de Boundaoui, la gente preocupada por la seguridad nacional debería alarmarse ante las tácticas de elaboración de perfiles étnicos y religiosos del FBI porque la agencia “no estaba ni destapando ni frenando el terrorismo en nuestras comunidade sino traumatizando a la gente”.
“Siento la responsabilidad de documentar lo que han hecho y siento que estoy empoderada porque estoy mirando hacia atrás, puedo devolver esta mirada”, dijo. “La violencia que conlleva la vigilancia es una mirada unidireccional: ellos te ven, pero tú no puedes verlos a ellos.”
Boundaoui afirma estar menos interesada en usar la evidencia de la evaluación de perfiles raciales para que los políticos cambien la ley que en hablar con las comunidades musulmanas de los Estados Unidos y de todo el mundo sobre cómo se han visto afectados por la vigilancia, su trauma colectivo y cómo ir más allá.
Ocultando la vergüenza de ser investigados por el gobierno durante décadas, la gente estaba ayudando al FBI a mantener su “sucio secreto”, porque el pueblo estadounidense “no tenía idea de que la guerra contra el terror se estaba desarrollando en casa de la manera que se estaba haciendo.”
El algoritmo, dijo, estaba un paso más cerca de demostrar cómo la tecnología tenía el poder de manifestar una transparencia radical en ese clima de vergüenza.
“La vigilancia obtiene su poder del secreto, y la mejor manera de sabotearla es no mantenerla en secreto, hablar de ella en voz alta”, dijo.
“Así que esto ha sido muy decisivo, no solo para las personas que lo han experimentado en el seno la comunidad musulmana, sino para que el público en general comparta lo que sucedió y no se siga manteniéndolo como un sucio secreto”.
Traducido del inglés por Lidia Rodríguez en el marco de un programa de colaboración de la Universidad Autónoma de Madrid y la Fundación Al Fanar para el Conocimiento Árabe.
