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Islamofobia en Europa: Políticas antiextremismo y el movimiento antiyihadista

Publicado por Spinwach. 

Las políticas gubernamentales contra el extremismo en toda Europa han institucionalizado la islamofobia, representando a los musulmanes como una comunidad sospechosa. Estas políticas surgen de un bucle en el que se retroalimentan los gobiernos europeos y el movimiento antiyihadista, a saber, islamófobos organizados capaces de esconder su propio extremismo amparados en la resistencia al “islamismo”.

De la misma forma que usa el “islamismo” como una tapadera para cubrir su islamofobia, el movimiento antiyihadista desarrolló el término “islamo-fascismo” para presentar a sus defensores como abanderados de la resistencia al nazismo. En este sentido, el movimiento antiyihadista ha sido capaz de atraer tanto a votantes de izquierdas como de derechas para promover la islamofobia. Además, este movimiento y sus ideólogos trabajan a través del Estado y no contra él, lo que lo hace bastante más efectivo que el anti-establishment de la extrema derecha.

Apoyado por intelectuales y legisladores, el movimiento ha crecido de manera exponencial en toda Europa y ha influido en la configuración de las políticas gubernamentales contra el extremismo. Nuestro informe explica los orígenes del movimiento, su influencia actual en el Reino Unido, Francia y Alemania y las consecuencias de esa influencia en la política.

Reino Unido:

La legislación antiterrorista del Reino Unido ha cubierto de sospechas y desconfianza a las comunidades musulmanas. La legislación que emana de la estrategia de prevención del gobierno obliga a los funcionarios públicos a detectar supuestos signos de “radicalización” contribuyendo a un clima de paranoia islamófoba que ha permitido florecer al movimiento antiyihadista.

El informe de Spinwatch examina las organizaciones e individuos que constituyen el movimiento antiyihadistaen el Reino Unido entre los que se encuentran Sharia Watch, de Anne-Marie Waters, Stand for Peace, English Defence League y PEGIDA UK.

También planteamos cómo estos grupos han sido legitimados por aliados políticos como Lord Pearson y la baronesa Cox, quienes los recibieron en el Parlamento. Al mismo tiempo, el movimiento antiyihadista de Reino Unido tiene relaciones transatlánticas e influencia al coordinarse con organizaciones islamófobas con sede en Estados Unidos, como el Gatestone Institute.

Muchas organizaciones e individuos que forman parte del movimiento antiyihadista escapan a la clasificación gubernamental de miembros de extrema derecha usando la protección que les proporcionan esos aliados políticos (tanto la baronesa Cox como Lord Finkelstein formaron parte de la junta de Gatestone Institute). De forma similar, la ex Fundación Quilliam, que era financiada por el Ministerio de Interior, legitimó a Stephen Yaxley-Lennon, de la English Defence League, al que presentó como “reformado” en 2013. Desde entonces, Yaxley-Lennon ha fundado una red mediática y ha atraído la atención por sus ideas islamófobas en todo el mundo angloparlante.

Nuestro informe sitúa estas actividades en un contexto político e ideológico que debe verse como una interacción sistemática entre la política gubernamental y un movimiento extremista islamófobo que se influyen de forma constante.

Alemania:

En comparación con el Reino Unido y Francia, Alemania pone mayor énfasis en hacer frente a la extrema derecha. Las autoridades alemanas están poderosamente centradas en la extrema derecha tradicional neonazi, mientras que el movimiento antiyihadista, más sofisticado, es capaz de influenciar la percepción de amenaza del gobierno. Las rápidamente intensificadas políticas contra el extremismo alemanas han empezado a institucionalizar una cultura de culpa colectiva y sospecha hacia los musulmanes, creando así un entorno fértil en el que se pueden justificar los ataques islamófobos como venganza.

Nuestro informe evalúa las tácticas usadas por políticos y organizaciones islamófobas destacadas de Alemania. Como ocurre en el Reino Unido, varios grupos antiyihadismo enmarcan su retórica y acciones islamófobas en un “antiextremismo”. PEGIDA también lo hace de forma implícita, mientras que Bürgerbewegung Pax Europa y el Stresemann Stiftung lo hacen de forma explícita, lo que levanta serias dudas sobre por qué los marcos contra el extremismo a menudo parecen dispuestos a ser explotados por parte de la extrema derecha islamófoba.

 

Francia:

Tras numerosos atentados desde 2015, las medidas antiterroristas francesas se han intensificado. Han surgido campañas gubernamentales, como Stop Djihadism! Para desradicalizar a potenciales sospechosos de terrorismo. Sin embargo, en lugar de prevenir el terrorismo, han favorecido el auge de la extrema derecha. En el contexto francés, el concepto de laïcité ha sido convertido en un arma contra los musulmanes de manera constante.

La idea de la islamofobia como “libertad de expresión” es particularmente acusada en Francia. Las ideas y tropos antiyihadistas aparecen arraigados de forma más profunda en los círculos intelectuales y entre los políticos (el ejemplo más notable es el uso del término “islamo-fascismo” por parte del ex primer ministro Manuel Valls). La adopción y normalización de este lenguaje por parte de los políticos franceses ha tenido consecuencias violentas: el Collectif Contre l’Islamophobie en France (CCIF) registró un aumento del 10% de actos islamófobos entre 2013-14 y un mayor aumento, del 19%, en 2015.

El ganador político por excelencia de esta normalización de la islamofobia ha sido el renombrado Frente Nacional (FN), que usa el lenguaje del movimiento antiyihadista para defenderse de acusaciones de racismo. Que el FN ha conseguido normalizar el lenguaje islamófobo se confirma en una encuesta Ipsos hecha en 2013 y según la cual, para el 75% de los franceses el islam es “incompatible con la sociedad francesa”. Nuestro informe examina las organizaciones políticas francesas de extrema derecha, así como a intelectuales tanto de izquierdas como de derechas y a políticos que han creado este clima de miedo.

 

Fundadores del movimiento antiyihadista:

La investigación de Spinwatch sobre las declaraciones de impuestos sin ánimo de lucro hechas entre 2009 y 2016 ha encontrado un denominador común entre los movimientos antiyihadistas británicos, alemanes y franceses: todos están siendo apoyados por “fondos asesorados por donantes” estadounidenses, que permiten a las personas enviar dinero de forma anónima a controvertidas organizaciones sin ánimo de lucro.

Nuestro informe clarifica la participación de los poco conocidos, pero profundamente influyentes, donantes que dan vida a los movimientos antiyihadismo. Entre ellos se encuentra el financiero británico George Igler quien se autocalifica de “reparador del antiyihadismo” y ha financiado a Stephen Yaxley-Lenon ,del EDL así como a personas vinculadas a PEGIDA.

También demostramos las redes de financiación transatlánticas que sustentan la Sociedad Henry Jackson, con sede en Londres, la Fundación Quilliam, y el Counter Extremism Project. De la misma forma, revelamos la participación de Robert y Rebekah Mercer en la financiación de algunos de los esfuerzos propagandísticos más influyentes del movimiento antiyihadista en el Reino Unido.

 

Recomendaciones:

Los gobiernos deben, fundamentalmente, reconsiderar los supuestos ideológicos subyacentes en las políticas contra el extremismo existentes, ya que no solo están fallando en su objetivo de prevenir la violencia política sino que parecen estar fomentando la islamofobia y ayudando a la extrema derecha.

Los activistas antirracistas no deberían esperar a que los gobiernos reformen sus políticas contra el extremismo existentes sino actuar para desafiarlas directamente siguiendo estrategias legales.

Los investigadores no deberían seguir analizando de forma aislada el movimiento antiyihadista islamófobo de la extrema derecha, sino tener en cuenta cómo interactúa con la política de los gobiernos para generar un clima peligroso para los musulmanes en Europa.

La prensa y los medios audiovisuales deberían tratar con más precaución a individuos y organizaciones que se autodefinen como “antiextremistas”. Sin escrutinio y sin examinar las motivaciones de dichas organizaciones, los medios de comunicación se convierten en cómplices de la expansión de las narrativas proporcionadas por los ideólogos extremistas antiyihadistas.

Acesso a Spinwatch CJ Report Brief (en inglés).

 

Traducido del inglés por Lidia Rodríguez en el marco de un programa de colaboración de la Universidad Autónoma de Madrid y la Fundación Al Fanar para el Conocimiento Árabe.

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