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Artículo positivo: «Una mezquita progresista y paritaria en el corazón de Berlín”

ARTÍCULO:

Una mezquita progresista y paritaria en el corazón de Berlín

Carmen Valero, El Mundo, 26 de junio de 2017.

 

ANÁLISIS:

Reproducimos aquí este artículo como ejemplo de noticia positiva porque rebate muchos de los prejuicios que le suelen ser atribuidos al islam y a los musulmanes, como pueden ser el machismo, la homofobia, la violencia, la sumisión de la mujer hacia el varón, etc. factores que a menudo son confundidos con aspectos patriarcales, culturales, políticos o personales. Visibiliza a sectores musulmanes raramente representados en los medios, mostrando parte de su diversidad a la vez que son humanizados.

Se le da voz a una de las muchas mujeres musulmanas y feministas que existen en el mundo, demostrando una vez más que la igualdad, la democracia, los derechos humanos y el islam son perfectamente compatibles cuando hay voluntad.

Destacamos que, como se indica en el texto, esta nueva mezquita se encuentra en las instalaciones de una iglesia luterana, haciendo gala de las relaciones interreligiosas, generosidad y hermanamiento que existe entre ambas confesiones. En este sentido también se pone en valor el acceso de todas las personas musulmanas a la oración, sean de la corriente que sean.

 

ARTÍCULO:

Una mezquita progresista y paritaria en el corazón de Berlín

Último día de Ramadán en la primera mezquita de Alemania donde hombres y mujeres, chiíes, alevíes, sufíes y suníes pueden rezar juntos, el velo integral está prohibido, uno de los imames invitados a dirigir los rezos es abiertamente homosexual y la adhesión a los principios y valores democráticos se hace imperativa. «En tiempos en los que el islam se vincula cada vez más con el terror, nosotros, los musulmanes progresistas, tenemos la obligación de poner cara a esa mayoría silenciosa que cree que el islam no es antónimo de democracia», declara a este diario la fundadora de la mezquita, Seyran Ates, abogada de origen turco muy conocida en Alemania por su trayectoria en la lucha por la igualdad de derechos de la mujer.

La mezquita, situada en el barrio obrero berlinés de Alt Moabit, lleva el nombre del poeta alemán Johan Wolfgang von Goethe y del sabio árabe cordobés Ibn Rushd (1126-1198) más conocido como Averroes. Tiene una superficie aproximada 90 metros cuadrados, diáfanos, paredes blancas y amplias cristaleras de colores con vistas al bosque trasero de la iglesia luterana donde está ubicada temporalmente, hasta que la comunidad, ahora de unos cincuenta miembros, se consolide y haya fondos para disponer de un espacio propio. Alfombras de oración de color verde traídas expresamente de Turquía se esparcen por el suelo, también blanco, junto a hileras de sillas para quienes no quieran o no puedan arrodillarse.

«He venido por curiosidad porque me parece bien que en una mezquita se hable de todo y se rompan tabúes, pero me tengo que acostumbrar. Y es muy raro que sea una mujer la que dirija la oración», comenta Gudrun, estudiante de arquitectura y una de las pocas mujeres que ha acudido con la cabeza cubierta. «Siempre llevo pañuelo, pero tengo la mente abierta a nuevas ideas», aclara con una sonrisa.

«El burka y el niqab no tienen espacio aquí por razones de seguridad y porque llevar el rostro cubierto no tiene nada que ver con nuestra religión. Es una declaración política», ha recordado Ates, mientras da instrucciones para la celebración este domingo del fin del ayuno.

El rezo en la mezquita Ibn Rushd-Goethe, inaugurada hace poco más de una semana, es paritario, una «irregularidad» que se repetirá hasta convertirla en norma. Siempre habrá dos imames, un hombre y una mujer, dirigiendo la oración de los viernes. La lectura del Corán será inclusiva, como en el rezo, en alemán, turco y árabe. «Todos, hombres y mujeres, somos iguales ante Alá«.

También homosexuales. Uno de los imames ya invitados a codirigir el rezo es Ludovic-Mohamed Zahed, fundador de una mezquita similar en Marsella. El predicador, abiertamente gay, defiende que el Corán no sólo no prohíbe la homosexualidad o la bisexualidad sino que el Profeta apoyó a los homosexuales.

Para Abbas el Fares, miembro de la nueva comunidad, la posibilidad de orar en consonancia a su forma de pensar y de vivir es un «maravilloso regalo». También Hamayet Hossain, maestro, cree que necesaria una interpretación crítica del Corán, sobre todo de los pasajes que incitan a la violencia. Abrir el rezo a todas las corrientes del Islam es un paso en esa dirección: «Tenemos que unirnos frente al extremismo».

«Plantar cara a la violencia desde dentro del islam, acabar con el patriarcado que discrimina a la mujer y dar a los creyentes musulmanes un espacio donde poder discutir sobre cómo reformar nuestra religión para hacerla más acorde a los tiempos y menos excluyente», resume.

No será fácil. En poco más de una semana de vida, la nueva mezquita ha atraído la ira de los creyentes radicales. Como en el día de la inauguración, la seguridad se ha hecho indispensable en los accesos a la sala de rezo. Ates y sus familiares están recibiendo amenazas de muerte y, para sorpresa de la abogada, la mayoría proveniente de Turquía.

La cadena de televisión turca AHaber ha acusado a la mezquita de ser obra del movimiento de Gülen, al que el presidente Recep Tayyip Erdogan acusa de estar detrás del fallido golpe militar del julio del pasado año. «Traición, perversidad del islam, cómplices del terror» son algunas de las expresiones que pueden leerse también en las redes sociales. De nada ha servido que funcionarios en Alemania del Gülen, nieguen cualquier conexión. «Esa mezquita no se ajusta a nuestra visión. Que una mujer con la cabeza descubierta dirija la oración de los viernes es contrario al ritual de la oración», declara Ercan Karakoyun.

De nada servirán las amenazas. Nada detendrá a Ates y a la mezquita Averroes-Goethe. «Este otoño empezaré a estudiar teología islámica y árabe en Berlín. Quiero convertirme en imam yo misma». Insha’Allah.

 

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